Actividad de clase: René y Madame Bovary

Con motivo de la actividad que hemos realizado el viernes en clase, analizando dos textos de dos obras
influyentes de la literatura francesa, hemos puesto en común una serie de características de ambos fragmentos.

Cabe destacar que las novelas a las que pertenecen estos fragmentos, fueron escritas durante el siglo XIX,
por lo que comenzaremos realizando una breve introducción sobre esta época literaria.

Como muchos sabemos, el cambio de la Edad Moderna a la Edad Contemporánea sucede en el año 1789,
con motivo de la famosa Revolución Francesa con la que se abole a la monarquía de Francia y se instaura
la democracia parlamentaria. Esto sería tomado como ejemplo por los demás estados europeos, dando resultado
a una numerosa serie de revoluciones durante este periodo. Destacamos las revoluciones burguesas, con fin de
ocupar el poder político, de 1820, de 1830 y finalmente, la de 1849, en la que al final salió victoriosa la
burguesía.

En esta época, además, se produjo una fuerte revolución industrial que la burguesía aprovechó para ganar
más poder. Los burgueses eran de hecho, el grupo social más influyente de esta época y se dedicaba
principalmente a los préstamos, el mercado, la industria...etcétera. En segundo lugar tenemos al proletariado
(la población obrera que era a menudo sometida por el poder de la burguesía). Estos obreros solían ser
explotados en las fábricas burguesas, por lo que finalmente deciden organizarse en sindicatos para luchar
contra la burguesía, demandando unas condiciones de trabajo dignas.

Con motivo de esta revolución industrial la economía pasa a ser liberal, siguiendo la corriente liberalista de
Adam Smith.

La revolución industrial ocasiona un aumento de producción, entre otras cosas, y permite la creación del
barco de vapor, que supondría una gran revolución en la navegación marítima mundial.

Además, tuvo otras consecuencias; se produjo un éxodo rural, ya que la gente pudiente prefería trasladarse
a los centros urbanos, dando como resultado el crecimiento de las ciudades y la marginación de los individuos
que se veían obligados a permanecer en el área rural. Esto aumentó la pobreza y la lucha entre las clases.

En el ámbito literario y artístico, la Edad Moderna se divide culturalmente en dos etapas; El Romanticismo y
El Realismo, esta última, evolucionaría posteriormente al Naturalismo.

Ahora que nos hemos informado un poco sobre la época que vamos a tratar, comenzaremos con el análisis
de los fragmentos.

El texto A pertenece a la novela René, de Chateaubriand. Fue escrita en el año 1802, por lo que pertenece a
la primera etapa literaria de la Edad Contemporánea, la etapa Romántica.

El protagonista, René, es un hombre infeliz y desgraciado que ha tenido tendencias suicidas en más de una
ocasión. En el fragmento, se puede ver que su estado de ánimo mejora considerablemente cuando su hermana
acude a visitarle. Cuando ésta parte, le deja una carta de despedida, en la que refleja su deseo de que su hermano
deje de ser tan desgraciado y que encuentre la felicidad. Para ello, le aconseja que se abra al matrimonio, ya que
considera que éste le consolará sus penas si se centra en su mujer e hijos. Podemos ver que la visión que se da
en esta novela sobre el matrimonio es positiva. Se le considera un escape o un refugio ante la dureza de la vida.
En las novelas románticas era típico enfocar toda salvación hacia el amor.

Como otro elemento a destacar, si nos fijamos en la imagen que acompaña al fragmento, podemos reconocer
un bosque, un espacio al aire libre, que podemos considerar como una expresión de la libertad que posee el
personaje.

Por otra parte, el texto B, pertenece a la novela Madame Bovary (1857), de Gustave Flaubert. A diferencia de la
obra anterior Madame Bovary, fue escrita en la segunda etapa de la E.Contemporánea, durante el Realismo y
es considerada una de las obras más importantes del siglo XIX.

El contraste de las dos etapas se deja ver  de forma clara en la protagonista, Emma Bovary, una mujer que
ha pasado su juventud leyendo novelas románticas hasta el punto de buscar en su propia vida la pasión y
ficción propias de este tipo de novelas. Esto la llevará a despreciar a su marido, al que considera demasiado
vulgar, para embarcarse en una relación extramatrimonial con un amante que considera que llena su vida
plenamente.

Podemos darnos cuenta de que en esta obra el matrimonio tiene una connotación negativa, ya que para la
protagonista, en lugar de la salvación, es una cárcel que le aporta infelicidad. Para escapar de esa “prisión”
recurre al adulterio, que es considerado como el escape o la huída de esa situación.

Emma quiere vivir su vida con la misma exaltación y pasión de los personajes románticos. De hecho se podría
describir a la protagonista como el prototipo de personajes del romanticismo: seres insatisfechos, infelices e
inadaptados.

Esta dificultad para distinguir entre la realidad y la ficción puede hacer que se la compare con el también
conocido hidalgo Don Quijote de La Mancha, de Cervantes, que enloqueció leyendo Novelas de caballería.

La novela además nos ofrece una visión del machismo de la época.

Aunque Emma no era feliz en su matrimonio no tenía como opción el divorcio, ya que las mujeres divorciadas
eran despreciadas y mal vistas en esta sociedad machista.

Al igual que en el primer texto podemos destacar la imagen que acompaña al fragmento. Es una casa,
un espacio cerrado. Esto nos expresa la “encarcelación” de las mujeres en sus casas. Se podría decir que
la mujer en todos los aspectos, “era recluida en lo doméstico”, si retrocedemos a los orígenes del término
“doméstico”, descubriremos que viene del latín “Dominus”, cuyo significado original era dueño, amo, señor (...)

La mujer no podía ser libre.

Bibliografia: Libro de texto