La narrativa del siglo XIX.
En esta entrada recopilaremos información sobre la novela romántica del siglo XIX en diferentes países europeos. Más tarde, relacionaremos este género literario con la obra "Frankenstein" de la autora inglesa Mary Shelley.
Podemos considerar a los hermanos Grimm como los representantes del más puro romanticismo alemán. Ambos se dedicaron al estudio y la antología de cuentos populares tradicionales, centrándose así en la literatura folclórica. Este tipo de literatura posee una base popular y se basaba en la recuperación de la épica. Un ejemplo de esta literatura folclórica son las baladas.
La obra más conocida de estos hermanos alemanes es Cuentos para la infancia y el hogar (1812), cuyos cuentos recopilados de historias transmitidas oralmente llegarán hasta nuestros días: La Cenicienta, Juan sin miedo, Blancanieves...
La fama de estos escritores es tal que casi 200 años después seguirán siendo reconocidos mundialmente: en 2005 se estrenó Los hermanos Grimm, una película que mezcla la vida de los dos hermanos con sus propios cuentos.
Narrativa romántica francesa:
Víctor Hugo es la figura más sobresaliente del Romanticismo francés. Su obra comenzará siendo puramente romántica, pero más tarde se apuntará a la moda de la novela histórica.
Sus dos novelas más conocidas son Nuestra señora de París (1831) y Los Miserables (1862). Ésta última es una novela romántica que respira en pleno período realista y que tardó dos décadas en escribir.
Las características del Romanticismo que Víctor Hugo mantiene en Los Miserables son: el protagonismo de los seres marginados, una trama llena de giros y el mantenimiento del melodrama popular (acontecimientos de la vida real exageradamente tristes y desgraciados).
Del Realismo adopta la ubicación de la trama en un contexto histórico contemporáneo y la crítica a la burguesía francesa. Con esta obra, Víctor Hugo lanza un dardo contra las desigualdades e injusticias de la época.
Fotografía del musical Les miserables, uno de los musicales más aclamados por Broadway. |
Narrativa romántica inglesa:
En la narrativa inglesa sen ve reflejadas distintas facetas del Romanticismo gracias a varios autores:
- Walter Scott (1771-1832), que representa el triunfo de la novela histórica (que estaba anclada en hechos del pasado) como protesta ante las condiciones de vida pésimas en las que derivó la revolución industrial. Por ejemplo, en su obra Ivanhoe trata las guerras entre sajones y normandos en la Edad Media.
- Jane Austen (1775-1817), que explora los sentimientos íntimos que rigen la conductas del individuo. Jane Austen fue la creadora de una narrativa que retrata el ambiente doméstico de la burguesía a la que ella misma pertenecía. En sus obras prevalecen los sentimientos del individuo ante todo lo demás. Sus dos obras más conocidas son Sentido y sensibilidad (1811) y Orgullo y prejuicio (1813). Ésta última tendrá en 2005 una versión cinematográfica, protagonizada por Keira Knightley.
- Mary Shelley (1797-1851), que muestra el interés por lo fantástico y lo tenebroso característico de la época. Su obra más destacada es una novela de terror epistolar (novelas que se desarrollan en torno a cartas): Frankenstein o el moderno Prometeo (1818). Junto a las otras novelas que hemos mencionado anteriormente, Frankenstein también conocerá una versión cinematográfica en 1931. Además, en junio de este año se estrenará una película que relata su relación con el poeta Percy Shelley y el origen de su novela más conocida:
Frankenstein o el moderno Prometeo:
Como ya hemos mencionado anteriormente, esta novela pertenece a la escritora inglesa Mary Shelley. Pero ¿cuál es su origen? ¿por qué le otorgó este curioso título?
La idea de la novela le surgió a Mary Shelley en Suiza, donde estaba reunida con Lord Byron, Polidori y Percy Shelley, su compañero sentimental. Como el temporal no les permitía salir, Byron propuso que cada uno inventase un relato fantástico de terror. Este contexto unido a la fascinación que provocaron los experimentos de Luigi Galvani sobre la posibilidad de revivir un cuerpo inerte mediante descargas eléctricas, enmarca el origen de esta novela.
En cuanto al título de la novela, Mary Shelley se remonta a la mitología helena para establecer una comparación entre su personaje, el doctor Frankenstein, y el titán Prometeo:
Prometeo, un osado Titán al que gustaba provocar la ira de Zeus, llevó a éste a tal punto de cólera que terminó por quitar el fuego a los hombres. Prometeo recuperó ese fuego y se lo devolvió a los mortales. Cuando Zeus se percató, mandó capturar a Prometeo para ser encadenado a una montaña donde, cada jornada, un águila hambrienta le devoraría el hígado. Como era inmortal, el órgano le crecía de nuevo, así que cada noche volvía tan cruel depredador a comérselo, con lo cual el sufrimiento era inimaginable y eterno.
En la novela de Mary Shelley, el doctor aparece como un moderno Prometeo que ha robado a los dioses el fuego de la vida. La diferencia con respecto al mito es que frente a un Dios que castiga a Prometeo, en la versión de Shelley es la criatura creada la que pide cuentas al doctor. En ambos casos, el hombre paga las consecuencias por su eterna pretensión de igualarse a Dios.
Si analizamos de manera un poco más profunda uno de los fragmentos de esta novela, podemos destacar ciertos aspectos:
- Podemos destacar las referencias que se hacen al diablo ("¡demonio infame!", "¡diablo inmundo!") debido a que el diablo representa un ser marginado, en el que se ven reflejados los autores del Romanticismo.
- Como hemos mencionado antes, asistimos a una conversación entre el hombre (la creación) y Dios (el doctor). La propia criatura reclama a su creador que debe cumplir su papel de "padre", sin embargo, el doctor rechaza a Frankenstein y le niega su afecto. Por ello, la criatura reacciona de manera vengativa contra su creador y la humanidad ("si aceptáis mis condiciones, os dejaré a vos y a ellos, pero si rehusáis, llenaré hasta saciarlo el buche de la muerte con sangre de tus amigos"). Podemos concluir con que la escritora, Mary Shelley, se siente como Frankenstein: rechazada por Dios, su creador, y por la sociedad burguesa en la que vive.
- La mítica llama que da la vida en la mitología, en la época romántica es sustituida por la electricidad.
- El narrador de esta novela es un narrador en primera persona, ya que gracias a este tipo de narrador, el escritor puede expresar los sentimientos y emociones más íntimos.
Además, podemos relacionar esta novela con el Mito del buen salvaje de Jean-Jaques Rousseau. Rousseau imaginó al hombre en su estado primigenio como un ser incorrupto, justo y pacífico. Este "buen salvaje" vaga por la naturaleza, carente de domicilio y en paz con sus semejantes hasta que las terribles desigualdades que tuvo que afrontar como consecuencia de la vida en sociedad, despertaron en él su notable perversidad.
De la misma manera, Frankenstein en un principio era pacífico al igual que el hombre, pero debido al rechazo que sufre por parte de la sociedad e incluso por parte de su propio creador, se vuelve un ser sanguinario y perverso.
Webgrafía:
Nuestro libro de texto y apuntes de clase.
Impresionante. Este es el tipo de entrada que todo profesor de Literatura quisiera que hicieran sus estudiantes. Chantal, estás haciendo un trabajo maravilloso.
ResponderEliminarEnhorabuena.